
La arquitectura monolítica es un estilo de diseño de software en el que todos los componentes de una aplicación están integrados en un único programa ejecutable, normalmente dan una solución tradicional. Esto significa que la interfaz de usuario, la lógica de negocio y el acceso a datos están empaquetados y desplegados como una sola unidad.
El término "monolítico" se compone de "mono", que significa uno, y "lito", que significa piedra. En la práctica, implica crear una sola aplicación o sistema que aborda todas las funcionalidades necesarias para resolver problemas específicos. Este enfoque ha sido ampliamente utilizado durante décadas y aún se emplea en numerosos entornos de desarrollo, especialmente cuando se requiere una solución simple y rápida para poner en marcha un sistema.
¿Cómo funciona?
En una arquitectura monolítica, todas las funcionalidades de una aplicación están unidas en un solo código base. Esto facilita el desarrollo inicial, ya que no se requiere una infraestructura compleja ni separación estricta entre componentes. El despliegue se realiza como una única aplicación, lo que reduce la necesidad de configurar múltiples servicios o entornos de ejecución.
Sin embargo, esto también significa que cualquier cambio, por pequeño que sea, requiere volver a compilar y desplegar toda la aplicación, lo que puede generar desafíos a medida que el proyecto crece.
Ventajas
- Desarrollo inicial más sencillo: Ideal para proyectos pequeños o con un equipo de desarrollo reducido.
- Despliegue rápido: Se empaqueta y lanza como una sola unidad, sin necesidad de orquestación.
- Facilidad para pruebas locales: No se necesitan múltiples servicios para probar funcionalidades.
- Menor complejidad técnica: No requiere infraestructura distribuida ni gestión de múltiples procesos.
Desventajas
- Escalabilidad limitada: Es difícil escalar partes específicas de la aplicación de forma independiente.
- Poca flexibilidad tecnológica: Todos los componentes comparten el mismo stack tecnológico.
- Impacto de errores: Un fallo en un módulo puede afectar a toda la aplicación.
- Dificultad para mantener código grande: A medida que la aplicación crece, el código puede volverse difícil de entender, modificar o extender.
Aplicaciones reales
Aunque muchos sistemas modernos migran hacia arquitecturas basadas en microservicios, aún existen aplicaciones ampliamente utilizadas que han sido monolíticas. Algunos ejemplos conocidos:
- WordPress: Uno de los CMS más populares, diseñado inicialmente como un monolito.
- Jira (versiones antiguas): El sistema de gestión de proyectos de Atlassian, inicialmente basado en un monolito.
- SAP ERP: Muchas de sus implementaciones clásicas siguen este enfoque.
CONCLUSIÓN
La arquitectura monolítica no es una mala elección. De hecho, sigue siendo una opción válida y eficiente para ciertos tipos de proyectos, especialmente aquellos con un alcance reducido, un equipo pequeño o que requieren una solución rápida.
Optar por un monolito puede ahorrar tiempo y recursos en las primeras etapas del desarrollo. Más adelante, si el sistema crece, siempre existe la posibilidad de evolucionar hacia una arquitectura más modular o distribuida. Lo importante es seleccionar la arquitectura que mejor se adapte al contexto y a las necesidades del negocio.

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